Estamos en febrero y hasta el momento no había tenido tiempo de hablar de la estancia que hicimos a finales del año pasado en algunas universidades mexicanas. Creo que va siendo hora de corregir ese desliz y compartir la experiencia.
El motivo principal del viaje era organizar el trabajo con algunos doctorados de la ciudad de Monterrey en México. Pero aprovechamos la oportunidad para ver como funcionaban allí títulos similares a nuestro futuro Máster Universitario en Diseño y Desarrollo de Videojuegos y coger ideas. También aprovechamos para hacer contactos para firma acuerdos de movilidad para estudiantes, para desarrollar proyectos de clase o trabajos fin de máster interuniversitarios y para organizar charlas y seminarios a distancia con profesionales relacionados con el ámbito del máster.
Cuando se sale y se coge distancia, se suele ganar perspectiva. Primero, porque puedes compartir problemas comunes y sus soluciones. Pero también, porque, con el tiempo, uno se acostumbra a aceptar con normalidad ciertas cosas. Cuando te comparas, es cuando te das cuenta de que no tienen nada de normales.
Por ejemplo, estoy acostumbrado a impartir clases de teoría a 80 o 70 alumnos y me considero «afortunado» porque el límite está en 120. Lo aceptas. Es lo normal. Lo «de siempre». A fin de cuentas, así estudiamos nosotros mismos. Todos sabemos que sería deseable tener menos estudiantes en cada aula, pero hemos interiorizado el discurso de que somos una universidad pública y no hay recursos. Te resignas con un «quizás, algún día» y cruzas los dedos para no acabar teniendo los 120, o más, por culpa de algún iluminado.
Entonces te das una vuelta por el mundo y vas a otras universidades donde las clases son como máximo de 35 alumnos y eso de forma excepcional. Así pueden aplicar metodologías activas en el aula, en lugar de la típica clase expositiva. Y no hablo solo de universidades privadas de mucho prestigio, sino también de las universidades públicas que visitamos. ¿Por qué no podemos aspirar nosotros a algo similar en el corto o medio plazo? Pues porque no vemos que haya ningún problema. Hemos aceptado la situación actual como algo natural y no tenemos ninguna ambición al respecto.
El Máster de Videojuegos de la ULL sigue adelante
En parte hicimos este viaje porque el máster continúa con su tramitación y esperamos comenzar a impartirlo para el próximo curso. Después de dar mucha guerra y de muchos retrasos, el pasado octubre de 2017 el Consejo Social dio el visto bueno al máster y hace dos semanas se remitió a las agencias que deben evaluarlo. Así que esperamos poder comenzar a matricular en mayo de 2018, junto con el resto de la oferta de másteres de la ULL.
Primera parada: La UANL
La Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) fue nuestra primera parada. Visitamos la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica que tiene unos 17000 alumnos. Es decir, que el centro tiene por sí mismo el tamaño de toda la ULL.
La foto de portada de este artículo nos la tomamos Jorge y yo allí, en el campus de la UANL. Pasamos unos días viendo proyectos interesantes relacionados con las aplicaciones de la realidad virtual y la realidad aumentada. Algunos se engloban dentro de tesis doctorales que están dirigiendo compañeros de la ULL. Por ejemplo, experiencias de realidad virtual aplicadas a la rehabilitación o al entrenamiento en simulacros virtuales para hacer frente a incendios, terremotos y otros desastres.
Los días que estuvimos allí se organizaba el 4º Congreso Internacional y 12º Coloquio de Proyectos Institucionales y de Vinculación, donde se presentan trabajos y se organizan múltiples conferencias y talleres. En un taller sobre Unity ---en el que nos dieron la oportunidad de hablar del máster de la ULL--- se presentó la Maestría en Producción y Desarrollo de Videojuegos del Instituto de Estudio Superiores de Sepenta México.
A mi modo de ver, lo interesante de la propuesta es que se centra más en aspectos relacionados con la gerencia: funcionamiento de la industria, producción, gestión de proyectos, etc. que en el desarrollo propiamente dicho. Una propuesta diferente y muy interesante de la que sin duda conviene tomar nota.
En los últimos días de estancia pudimos darnos un salto por la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas donde imparten la Licenciatura en Multimedia y Animación Digital (LMAD). Al final de cada semestre organizan una feria donde los estudiantes exponen los proyectos que han realizado durante el mismo.
— En la EXPO LMAD, junto al Coordinador M.C. Rafael Rosas y la Dra. Leticia Neira
Nosotros tuvimos la suerte de poder estar allí y me encantó. Fue una mezcla entre el subidón, por disfrutar junto a los estudiantes de trabajos tan buenos, y envidia sana, por no tener algo así por aquí. Obviamente, no es lo mismo lo que hace un estudiante en los primeros años que en los últimos. Pero sin duda, en todos los casos había mucho trabajo y se veía un progresión increíble durante el desarrollo del título.
Por lo que nos contaron, tienen asignaturas generales —como Programación orientada a objetos— pero se imparten orientadas a los videojuegos y a la multimedia. Así que te acercas a ver un proyecto desarrollado en una asignatura dedicada al desarrollo web y acabas disfrutando de pequeñas joyas como Byte Shifter. ¿Ya he dicho que nos lo pasamos muy bien? 😄
— Ametrallando de lo lindo en la EXPO LMAD
Fue una pena no sacar fotos de todo porque ahora es difícil acordarse de cada proyecto. De hecho, sé que se me queda alguno muy bueno, que estuve probando durante un buen rato, en el tintero. Una lástima.
Los proyectos de realidad virtual merecen una mención especial. Había un simulador de un tanque, un coche de carreras, una bicicleta de montaña ---con la que podías perderte por la Huasteca--- una motocicleta y hasta una ametralladora. En todas las experiencias había dispositivos hápticos desarrollados por los propios alumnos. Por ejemplo, la ametralladora utilizaba un motor desequilibrado para simular la vibración y el retroceso, mientras dejabas hecho un colador todo lo que tenías frente a la pantalla.
— En el simulador de carreras FeeLive. El asiento llevaba actuadores para inclinar levemente el asiento según el caso
Los estudiantes repartían trípticos donde explicaban las virtudes de sus proyectos, como si de una feria comercial cualquiera se tratara. También grababan videos con entrevistas para Youtube y algunos hasta habían hecho una aplicación promocional de realidad aumentada para el móvil, como fue el caso del simulador de carreras FeeLive.
En resumen, una de esas experiencias de las que sales con las pilas muy cargadas, muchas ideas y pensando quién pudiera volver a estudiar para hacerlo en ese plan.
Quiero dar las gracias a la Dra. Leticia Neira y al Dr. Francisco Torres, ambos de la UANL, por su hospitalidad, el tiempo que estuvimos con ellos.
Segunda parada: La UDEM
Nuestra segunda parada fue la Universidad de Monterrey (UDEM), donde también vimos proyectos muy interesantes y pudimos conocer de primera mano como se desarrolla allí el Licenciado en Animación y Efectos Digitales (LAED).
Además, nos dimos un salto por Ciudad de México para ir a la Universidad Autónoma Metropolita (UAM) y ver la defensa de un trabajo final de maestría que, a mi personalmente, me encantó.
Pero esto me está quedado más largo de lo que pensaba. Así que por el momento pararé aquí y así me obligo a escribir una segunda parte.
(Parte 2, aquí)